Joaquín y Pedro hablan del Libro de fotos y Canciones 84-96

"Tengo claro que no voy a formar otra banda de rock" Joaquin Cardiel
Cuatro años después de su disolución oficial, Héroes del Silencio siguen muy vivos en la memoria de sus miles de seguidores. Así lo demuestran las ventas del álbum recopilatorio Canciones 84-96, editado recientemente; y el grupo zaragozano continúa alimentando su leyenda con la publicación de un libro de fotografías, extraídas de sus archivos personales y rigurosamente inéditas, que nos los muestran en plena actuación y en las pruebas de sonido, viajando en furgoneta y descansando, componiendo y haciendo turismo...

Por Terra / Zona de Obras [Terra] 
Héroes del Silencio. Fotos ‘85-’96, lujosamente editado por Zona de Obras y la SGAE, es una especie de diario de a bordo en imágenes del acontecer cotidiano de la banda más internacional que ha tenido el rock español. Joaquín Cardiel y Pedro Andreu, quienes fueran la sección rítmica del grupo, han estado detrás del proyecto y bucean con nosotros en su baúl de los recuerdos fotográficos.

¿Cómo surge la idea de hacer este libro?
Pedro.- Un día conversando con la gente de Zona de Obras pensamos que sería una buena idea hacer un libro de fotos, que en España creo que todavía no se había hecho, y un poco buscando recuperar imágenes de todo ese tiempo.

¿La selección la habéis hecho entre vosotros dos?
Joaquín.- Básicamente sí; hemos traído nosotros todo el material, fotos que habíamos hecho nosotros principalmente durante las giras o fotógrafos amigos nuestros, con la idea de hacer un libro de fotos pero no orientado hacia las típicas fotos de promoción ni fotos oficiales ya vistas, sino más mostrando el día a día del grupo desde dentro.

P.- Además contamos con que Joaquín es fotógrafo y tiene miles de fotos del grupo; por eso la selección ha sido complicada, porque teníamos muchísimo material, y lo bueno es que hemos conseguido que sea algo hecho por la propia banda, no hemos tenido que depender de fotos de otro tipo.

J.- Yo supongo que habrá por ahí mucho material perdido, de fans y clubs de fans, que podría haber tenido cabida en el libro, pero hubiera sido mucho más complicado localizar y ordenar todas esas fotos. Además, pretendíamos que fuera algo muy personal, muy nuestro, y creemos que se ha conseguido.

¿Qué sensación os produce veros en esas primeras fotos, tan jovencitos?
P.- Pues no sé, la verdad es que es un libro muy anecdótico, cada foto tiene una historia, un momento... A mí me causa mucha satisfacción abrirlo por cualquier página porque me encuentro con muchas cosas y me trae muchos recuerdos. Y eso es lo que pretendíamos un poquito, recuperar el espíritu, la magia de aquellos momentos en que ocurrían las cosas.

En las fotos de la primera época posáis siempre muy serios, pero conforme avanza el álbum se os ve más relajados, más sonrientes... ¿Sois conscientes de eso?
P.- Sí, hombre, es que sobretodo al principio cuando hacíamos fotos promocionales nos tomábamos la cosa muy en serio, queríamos dar una imagen de que realmente estábamos ahí por algo, que estábamos trabajando en algo que nos parecía muy importante. Pero en este libro lo que aparece sobre todo es la vida cotidiana, y evidentemente ahí no estás todo el tiempo posando...

J.- También, en aquella época los fotógrafos tenían la manía de decirnos: venga, sonreír un poco; y cada uno tiene su manera, la nuestra era intentar dar una imagen más seria.

Decíais que cada foto tiene su historia; en el libro aparecen, por ejemplo, un par de vuestra primera actuación en el campo de fútbol de La Romareda, en 1986. ¿Qué recuerdos os trae?
P.- Pues la verdad es que son tantas cosas que a veces cuesta hacerte a la idea. Yo recuerdo que cada concierto era muy emocionante para nosotros, y poder tocar en La Romareda, en nuestra ciudad, aunque fuera de teloneros de Franco Battiato, era un orgullo; te queda esa sensación de haber conseguido una de tus metas.

J.- Además por entonces no teníamos disco, ni contrato discográfico, ni nada; entonces era como un punto a favor para seguir intentándolo, y una especie de recompensa en nuestra propia ciudad.

Me ha chocado que en libro aparece reproducido el setlist (listado de canciones) de un concierto de 1988. ¿Cómo es posible que guardéis algo así después de tantos años?
J.- Yo al principio lo guardaba todo, me hacía mucha ilusión. Luego dejas de hacerlo porque ya no te caben las cosas. Pero al principio cada concierto era muy especial, no como luego cuando hacíamos ciento y pico al año... Nos gustaba tener recuerdos de ese tipo, que luego al cabo de los años te hace gracia encontrarlos. Te pones a buscar cosas en la típica caja que no has abierto en años y aparecen cosas como ésta.

De aquella época en que compartisteis escenario con estrellas del rock en varios festivales europeos de verano apenas aparecen imágenes: sólo una foto con Steve Tyler de Aerosmith y otra con Texas...
J.- Sí, habrá más por ahí, pero... por ejemplo, con Robert Plant, que tocamos dos días seguidos y coincidimos en el avión y en todos lados, pero tampoco estás todo el rato detrás para hacerte una foto con él. Surge o no surge... Tampoco hay un contacto muy directo, lo de Steven Tyler fue porque queríamos darle nuestro disco y es un tío de puta madre, se ve en la foto que está ahí a gusto; pero con otros artistas tampoco había mucho trato.

Otra foto curiosa es la de la fachada de la sala Aragón, de Chicago, donde tocasteis en el 96...
P.- Teníamos la costumbre de hacer fotos de los lugares donde íbamos, y tocar en Chicago en un sitio que se llama Aragón, pues claro, había que hacerle una foto pero ya...

J.- Sí, y era un sitio increíble, muy bien ambientado, muy bonito...

¿Tenéis alguna foto especialmente favorita de las que aparecen en el libro?
P.- No, yo creo que es muy difícil, son unas 300 fotos y hay muchas que a mí personalmente me encantan. Por ejemplo, ver a algunos de nosotros metidos en el agua cuando estábamos en Mallorca, haciendo una gira en barco... pues son recuerdos que tienen mucho encanto. No hay ninguna favorita en particular, aunque quizás cuanto más antiguas producen más añoranza.

La última foto del libro no es del grupo: es un embarcadero de madera que se pierde en el agua, y la hiciste tú, Joaquín. ¿Qué significado tiene?
J.- El que le quieras dar; no tiene ningún significado concreto. Fue Rubén, de Zona de Obras, quien la eligió para ponerla al final y me pareció bien, porque tiene su perspectiva y puede indicar lo que quieras, que el muelle se corta en un momento dado y no sigue, o que va hacia el infinito... vete a saber lo que dice al final. A mí siempre me ha gustado hacer fotos de ese tipo, buscando ángulos un poco raros, pero para mí no tiene ningún significado especial.

P.- Para mí sí es una imagen que provoca algo, que tiene algo más; yo creo que sí representaba algo cuando decidimos incluirla la última.

Al final del libro incluís la lista completa de vuestros conciertos, y hay años con más de cien conciertos entre gira española y gira europea o americana, prácticamente empalmando una gira con otra. ¿No era un ritmo demasiado terrorífico?
P.- Sí, era un ritmo salvaje, lo que pasa es que una vez metido ahí, tú estás al pie del cañón y tiras p’adelante mañana y pasado... Nosotros no sabíamos parar, volvíamos a casa tras 60 conciertos y en tres días estábamos ensayando en el local, y en diez estábamos otra vez en la carretera. Era un no parar... Cuando estás en esa vorágine no te das cuenta de todo lo que está ocurriendo. Procuras disfrutar, aunque muchas veces apenas ves las ciudades a las que vas y apenas duermes, pero así es la vida del rock and roll, y a mí me satisface mucho haber trabajado tanto y haber ido a tantos lugares.

"Cada uno ve el final de Héroes de una manera diferente" Pedro Andreu

Acaba de publicarse el recopilatorio Canciones 1984-1996, y en sólo unos días vendió 75.000 copias. Eso demuestra que la gente sigue pidiendo material de Héroes del Silencio...
P.- Sí, ya va por 170.000 copias o así. Yo estoy un poco sorprendido, pero hasta cierto punto se podía esperar, porque nuestra gente tiene ese cariño especial hacia la banda que les hace quererlo todo; además, nosotros tenemos mucho cuidado a la hora de seleccionar lo que queremos lanzar. También creo que hay mucha gente nueva que está abriéndose ahora al grupo, que está empezando a conocerlo.

Este año salió también el libro de Conversaciones con Enrique Bunbury. ¿Qué os ha parecido lo que cuenta en él en relación a Héroes?
P.- Yo diría que cada uno siempre tiene su versión, nunca las cosas son iguales para todos y cada uno tiene su forma de verlas y en unas cosas estaremos de acuerdo y en otras no. Pero yo creo que está bien, muestra a un artista y su criterio y su manera de ver las cosas. Y tenemos más sorpresas preparadas, porque yo escribí un diario de la gira del 94 en México, la gira del exceso, y me gustaría editarlo este año.

En lo estrictamente musical, Joaquín, acabas de publicar un curioso disco, La carta del indio salvaje. ¿De qué va?
J.- Es un disco para recaudar fondos y luchar por la liberación de un jefe indio Lakota, Leonard Peltier, que lleva 25 años encarcelado por un crimen que no cometió; yo he puesto fondos musicales, trabajados con el ordenador, para arropar los textos leídos por Constantino Romero y por la propia hija del jefe Lakota, en los que hablan de los derechos de los pueblos indígenas. Pero éste es un proyecto puntual; no sé qué haré más adelante, pero tengo claro que no voy a formar otra banda de rock.

Tú, Pedro, grabaste un disco al frente de tu grupo, Puravida. ¿Qué tienes ahora entre manos?
P.- Pues estoy preparando mi segundo disco, pero la verdad es que en mi último viaje a México aprendí que la prisa no es buena consejera, así que me lo estoy tomando con mucha calma y estoy entrando en otros circuitos para ampliar mi espectro musical en general. Estoy haciendo remezclas, producciones de gente que empieza, buscando nuevas bandas... En fin, moviéndome en el mundo de la música.



























No hay comentarios:

Publicar un comentario