"El endiosamiento que demuestra Héroes del Silencio está fuera de lugar"


"El endiosamiento que demuestra Héroes del Silencio está fuera de lugar"

Matías Uribe sabe cómo son. Los conoce desde que empezaron a dar sus primeros pasos en el mundo de la música. Asegura que han ganado en madurez y en experiencia, pero que han perdido frescura y calidad humana. Ahora ha recogido todas esas vivencias en “El sueño de un destino”, un libro que repasa la cuenta atrás de un milagro.
Matías Uribe entrevistando a Enrique Bunbury en 1993
Matías Uribe entrevistando a Enrique Bunbury en 1993
Zaragoza.- Tenía claro que Héroes del Silencio iba a triunfar. Lo pregonó por los cuatro vientos y compartió con ellos los primeros años de sus carreras incluso antes de que fueran el cuarteto “glorioso”, como él dice. Con el tiempo se convirtió en su confesor, en su crítico musical y en su amigo, con quien poder comerse unas croquetas congeladas o con quien compartir grabaciones inéditas. Comenzó a escribir en Heraldo de Aragón en 1978 y desde entonces sigue plasmando con devoción su amor por la música.
Pregunta.- ¿Es Matías Uribe quien más sabe de Héroes del mundo?
Respuesta.- Yo diría que no. Los fans saben más, aunque yo he tenido el privilegio de seguirlos desde el principio, desde antes de que se formaran, y hasta ahora mismo. Pero, ¿saber más de Héroes? Pregúntele a cualquier fan que seguro que sabe hasta la horma del zapato de Bunbury.
P.- Pocos fans habrán cenado en casa de Bunbury o les habrán telefoneado para que escuchen una canción.
R.- Me siento un privilegiado, aunque forma parte de mi oficio porque no solamente se ha producido con Héroes, sino con otros muchos grupos que te mandan sus maquetas y te ponen por teléfono canciones. Amaral, por ejemplo, me acaba de poner por teléfono las nuevas canciones que están grabando. Forma parte de mi papel como periodista y como crítico. Y en cierta forma es un privilegio y un honor que los músicos tengan esa confianza conmigo.
P.- Por cierto, como dice en el prólogo, es un libro muy oportuno.
R.- Oportuno u oportunista, cada cuál dirá. Pensaba que era un libro oportunista, aunque no quería aprovechar la euforia del retorno para volver más locos a los fans. Pero lo que ocurre es que hubo un momento en que empecé a leer cosas tan inexactas, como por ejemplo que habían llenado el Bernabéu cuando jamás habían tocado allí, que decidí escribir el libro. A lo mejor sigue siendo oportunista, pero por otra parte también es oportuno en cuanto deshace entuertos e inexactitudes.
P.- ¿Qué novedad aporta este libro?
R.- Básicamente la biografía de Héroes está contada y yo no quería hacer un libro morboso. Para contar cosas muy desconocidas seguramente habría que hurgar en las vidas privadas de cada uno de ellos. Conozco detalles privados, pero eso forma parte del periodismo rosa y yo no soy un periodista rosa. Sin embargo, sí hay algunos aspectos que no se conocían o que no estaban bien aclarados. Uno importante es la entrada de Alan, el guitarrista mexicano. Yo creo que en el libro queda reflejado por qué entra Alan en el grupo.
El contrato con EMI
Uribe confío en el éxito de Héroes desde que era sólo un trío
P.- También aclara cómo Héroes llegó a EMI.
R.- Sí. Siempre se habla de Gustavo Montesano y en el libro relato mi experiencia, que es muchísimo anterior a la Gustavo. Más o menos transcribo la conversación que mantuve en Salamanca con el director de EMI en ese momento, Carlos Sanmartín, quien ha corroborado mis palabras. Es decir, Héroes del Silencio llega a EMI a través del autor de este libro. Y como éste, creo que hay bastantes detalles interesantes, que yo creo que deshacen algunos tópicos y rompen muchas inexactitudes.
P.- Así que Matías Uribe es en cierto modo el padre de Héroes.
R.- Pues tengo mis años, pero no me importa decir que soy el papá de Héroes del Silencio en ese aspecto. En un libro que se publicó hablaban de Matías Uribe como el descubridor de Héroes del Silencio. Creo que no es tanto, ni mucho menos, pero sí es cierto que desde el primer momento aposté muy fuerte porque veía en ellos unas condiciones tremendas para el éxito.
P.- ¿Por qué lo tenía tan claro?
R.- Héroes del Silencio era una mesa con cuatro patas muy bien asentadas: canciones, imagen, trabajo y credo en su oficio y en lo que estaban haciendo. Y yo pensaba que eso iba a tener un reflejo tarde o temprano en la música española, no pensaba tanto en el éxito internacional, porque quedaba mucho más lejos y fue una sorpresa para todos, pero sí en el éxito primero regional y después nacional. Y por eso aposté muy fuerte por ellos.
P.- Y escribió en Heraldo: “Buscan afanosamente el triunfo. Lo tendrán”.
R.- Sí, bueno… No quiero ser petulante ni colocarme ninguna medalla. Ahí están las hemerotecas que hablan de la labor que hice tanto yo como otros colegas. Y sobre todo hablan de un medio de comunicación, como Heraldo de Aragón, que nunca me puso la menor cortapisa para poder escribir de ellos. Esa frase que cita está dicha en el año 85 cuando todavía son un trío y aún no se ha formado el cuarteto glorioso. En ese sentido fui un poco profeta, la faena es que para la lotería no tengo la misma suerte.
P.- Han transcurrido 22 años desde que escribió esa frase, ¿qué ha ganado Héroes por el camino?
R.- Ha ganado en madurez y en experiencia, pero también han perdido por el camino otras cosas como la frescura. Han ganado mucho endiosamiento sobre todo en esta vuelta. Para mí creo que es un desaire a los fans porque no han querido hacer ningún tipo de aparición pública para explicar el porqué del retorno. Y yo creo que un gran artista como Héroes, lo hacen los grandes como Springsteen o Bob Dylan, tiene que dar más la cara con los fans. Evidentemente donde se habla de verdad es sobre el escenario, pero también las grandes estrellas hablan antes y después. Ese endiosamiento que tienen y están demostrando está fuera de lugar.
Unos héroes inaccesibles
Uribe compartiendo con Héroes los momentos previos a un concierto
P.- Pero, ¿no es parte de su imagen?
R.- Sí, pero con la gente cercana no ha sido así. Yo siempre he tenido, con algunas dificultades en algún momento, la posibilidad de acudir a sus domicilios o ellos al mío. Bunbury ha estado muchas veces en mi casa y en estos momentos hay que poner teléfono rojo con los dioses y no lo coge nunca, lo coge su mánager siempre. Para hacer el libro no he podido contar con la colaboración directa de ellos. Todo lo que he podido hacer ha sido siempre a través de los mánagers. En este aspecto, han perdido un poco de calidad humana.
P.- ¿Ya no son como eran?
R.- Han perdido calidad humana. Una persona que olvida los orígenes y a los que han estado cerca de ellos y les han apoyado desde el principio es en cierta manera como aquel que renuncia a la familia y al entorno porque un día le toca la bonoloto. Es una cosa que está muy fuera de lugar. Y en la última rueda de prensa que ofrecieron en Zaragoza sólo estuvieron Joaquín y Pedro cuando debería haber estado allí todo el grupo. Hasta ahora los cuatro no han hecho piña en ningún sitio.
P.- ¿Significa eso que no se llevan del todo bien?
R.- La relación en estos momentos es, como dirían los economistas, coyuntural. Nada más.
P.- Incluso parece que Bunbury está pidiendo perdón en el texto que ha escrito para el libro.
R.- Parece que no se encuentra muy cómodo con que le hayan puesto el pasado delante. Y posiblemente ese texto, que es un poco metafísico, está diciendo entre líneas que ese pasado no le gusta. No lo sé. Parece que se revuelve un poco contra eso, que no le gusta.
P.- Siendo tan amigo de Héroes, ¿no es muy difícil no ser complaciente?
R.- No, no. El papel del periodista y del crítico está por encima de la amistad que evidentemente existe. Es difícil, pero en mi caso he tratado de mantener siempre mi papel y mi oficio antes que la amistad.

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